Pues estamos viviendo una época en la que los diseñadores determinamos diferentes maneras de abordar un sólo problema o de usar las diversas posibilidades que nos brinda la tecnología para miniaturizar sistemas y de ésta manera proveer el significado para que los usuarios adapten los propósitos de cada diseño a su conveniencia.
Según otros diseñadores, Pat Jordan de Philips por ejemplo, pasó muchos años estudiando cómo la usabilidad podía ayudar a mejorar el diseño, hacerlo más humano, pues desde el principio sólo ha tenido en cuenta los aspectos cognitivos, dejando de lado los emocionales, y es verdad que solo se ha fijado en lo que ocurre en el hemisferio izquierdo ignorando por completo lo que ocurre en la parte derecha del cerebro. Ésto para Jordan es deshumanizador puesto que no considerar las dos facetas es no considerar a la persona en su totalidad.
Pieter Desmet profesor asociado al Departamento de Ingenieria de Diseño Industrial de la Delf University of Technology, Tudelf, ha ideado PrEmo, una herramienta de software que sirve para evaluar el tipo y la intensidad de las emociones generadas en usuarios reales.
Marco van Hout publicó, hace unos meses, un protocolo para que los diseñadores de interacción incorporaran el diseño emocional mediante ejercicios sencillos pero rigurosos.
Quienes deseen encontrar más información sobre diseño emocional o usabilidad lean a Donald Norman. Norman experto en la ingeniería de la usabilidad, es profesor emérito de la Univesidad de California, San Diego, y toda su vida se ha dedicado a la profundizacion de temas de diseño y psicología, tanto en Estados Unidos como en otros países europeos.
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